historia de vida

Tuesday, July 11, 2006

Terrorismo laboral Donde van a morir los elefantes

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Por Graciela Azcárate 

"¡Qué infierno es este ambiente de universidad yanqui!

Con razón dicen en Estados Unidos que las universidades son los sitios donde van a morir los elefantes." 

"Donde van a morir los elefantes" de José Donoso. Editorial Alfaguara, 1999. 

De pronto, un artículo en una revista  de mujeres en el salón, un informe de psicología forense en la mesa de trabajo de  la oficina, la frase de un libro del escritor chileno José Donoso leído al final del día me recordó un artículo que hace muchísimos años Bienvenido Álvarez Vega publicó en el suplemento "Realidades" del periódico "El Siglo".

El artículo  escrito por el filósofo y sociólogo argentino, Mario Bunge relataba una tragedia ocurrida en una universidad norteamericana, donde un catedrático había matado a un compañero y al jefe de la cátedra.

De aquel artículo deben haber pasado como veinte años sin embargo recuerdo el clima de aquella crónica, que en aquel entonces no tenía nombre. El clima de acoso podía llamarse crónica de un homicidio, envidia de catedráticos, resumen del infierno de las universidades gringas contado con la lucidez inigualable de José Donoso.

Hace un año leí en el salón, en la revista Marie Claire una artículo titulado "Terrorismo en la oficina". El relato tenía el aroma familiar de muchas cotidianidades nuestras.

Se llama "Mobing laboral". Quiere decir "atropello o acoso laboral" y fue estudiado y descrito por el psicólogo alemán Heinz Leyman, en 1986.

Es el llamado psico terror laboral, hostigamiento psicológico en el trabajo o atropello moral.

Los estudios ubican el origen del hostigamiento laboral en emociones tan básicas  como la envidia y el deseo de poder de las personas, que se comportan como si se tratara de una jungla donde impera la ley del más fuerte.

Se impone en la oficina como algo intangible y es difícil de detectarlo. Surge con actitudes aparentemente inofensivas o inconscientes pero es un monstruo social que empieza a tomar forma y es indetenible.

Se traduce en la manipulación del trabajo, ocultación de datos relevantes a fin de desacreditar, se lo aísla  física y moralmente en su entorno laboral, se le difama y descalifica ante el resto de los compañeros profesionales, se lo descalifica, se lo persigue moralmente, con rumores falsos y se despliega un sordo ataque sistemático que usado con frecuencia , y durante largos periodos se torna en una poderosa arma de incomunicación que deteriora su imagen y reputación.

Es indefinido, discreto, sutil y deja sin armas de defensa a la víctima por lo insidioso y velado del ataque.

El perfil de la víctima es una mujer de entre  25 y cincuenta años, "brillante en su trabajo y con cualidades de persona sobresaliente"

Las víctimas más comunes son "personas muy brillantes en su trabajo, preparadas, responsables, colaboradoras, inteligentes, muy productivas en comparación con los demás, que tal vez evidencian el trabajo de sus compañeros, o que son demasiado eficaces y amenazan el estatus social de su jefe"

En la mayoría de los casos son  personas atractivas, sociables, con un carácter fuerte, y buena autoestima, inteligentes y de buen aspecto físico que suelen despertar la envidia entre sus compañeros de trabajo. Pero si en Marie Claire daban un sesgo de género

el acoso moral puede atacar indiscriminadamente a hombres y mujeres por la sencilla razón de que no le simpatiza al jefe, no se integra al grupo, molesta a los demás por su carácter o acciones, o simplemente, la empresa lo desea despedir  sin pagarle una justa indemnización.

El perfil del acosador arroja  datos curiosos, como por ejemplo que de los dos, es el de carácter débil.

"Es inseguro, envidioso, narcisista y oportunista. Tiene un profundo complejo de inseguridad que lo hace disfrazarse de seguro y firme, busca aprobación y el reconocimiento por encima de todo".

Detrás de esa fachada brillante "hay una persona insegura, falta de ética, poco asertiva pero muy hábil en la manipulación, que empleará toda una serie de artimañas para rodearse de mediocres que ensalcen la idea que tiene de sí mismo, mientras machaca psicológicamente a quien no está dentro de su séquito. Humillan y maltratan a sus víctimas para reafirmarse en su papel de fuertes".

Puede asemejarse a un linchamiento llevado a cabo por todo el grupo que se inició con                                         el silencio, la amenaza, ataques verbales a su trabajo, se le ningunea y excluye deliberadamente, se lo difama y desprestigia para presentarlo como incapaz, o bien le asignan tareas irrelevantes que van minando la autoestima.

El sentimiento de injusticia e impotencia, los rumores malintencionados y humillantes van creando un cerco en torno a la víctima de acoso o "mobbing laboral" que se traduce en llanto, depresión que inhabilita para trabajar y hasta lleva al suicidio cuando el daño psicológico es irreparable.

El artículo de Marie Claire seguía indagando y dando posibles recetas sobre cómo sobrellevar  ese acoso moral. En países como Suecia y España, el acoso moral está tipificado como delito, y si reúnen pruebas suficientes se puede demandar legalmente al acosador. Su lectura coincidió  con la  lectura de unos materiales sobre el alcance de la psicología jurídica o forense y encontré que entre los perfiles de esa rama  está la de asesorar a los jueces en derecho labora,l especialmente en situaciones de acoso laboral(mobbing)

En el portal de las mujeres argentinas, iberoamericanas y del Mercosur  "Agenda para mujeres" me encantó un artículo, me dio un montón de información y abrió la  puerta de la esperanza para ver a futuros tiranos y tiranas locales emplazados legalmente por abusadores.

Encontré un artículo de Pablo Calvo que se titula "Tiranos en la oficina: violencia laboral" donde relata mas o menos lo mismo que el artículo de psicología de Marie Claire, el relato de los catedráticos norteamericanos de hace veinte años, y la novela magistral de Donoso. Pero la buena noticia es que ahora hay un marco legal para acabar con ese nuevo monstruo que por no tener nombre todavía es indestructible.

En Argentina, hay en la actualidad 98 denuncias por presunta violencia laboral contra personas que se desempeñan en oficinas y agencias del estado. Incluso se está discutiendo en el Congreso Nacional siete proyectos de ley para castigar severamente el "acoso moral y psicológico" en los lugares de trabajo.

Para Maria Alicia Rendon, especialista en resolución de conflictos, esta nueva forma de acoso, que no es estrés, ni acoso sexual, ni tensión pasajera en el lugar del trabajo, es una nueva forma de "violencia laboral".

Es una acción, "que durante un tiempo prolongado, afecta la dignidad del trabajador, su derecho a no ser discriminado, el respeto de su honra, y su integridad física, psíquica y moral. En casos extremos, desencadena daños psicológicos graves, pérdida de empleo y hasta suicidios"

El ataque permanente incluye "provocarle aislamiento, pérdida de la autoestima, descalificación, desmerecimiento, violación de la intimidad, difamación, supresión de derechos, intimidación, falsa denuncia, afectación a tareas irrelevantes, quita de personal, intromisión en la computadora, utilización de influencias  e indiferencia a sus reclamos".

El experto en derecho laboral Mariano Emiliani confirmó que el  "Mobbing laboral" es un tema  que ha cobrado gran auge  y que está conformando una nueva materia, la formulación de una ley nacional contra violencia laboral, que abarca tanto a nivel del Ministerio de Trabajo  así como a las Aseguradoras de Riesgo, en los Tribunales de Trabajo y en la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidad entre Varones y Mujeres en el Mundo Laboral.

En Argentina, desde hace doce meses funciona la Oficina de Atención a la Víctima de la Violencia Laboral, en la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, que es un organismo de control del estado.

Los resultados de una encuesta realizada por el periódico Clarín, arroja resultados de que hay denuncias de violencia laboral en  museos nacionales, la Universidad de Buenos Aires, el hospital Garrahan, las fuerzas de seguridad, personal civil de las Fuerzas Armadas, el Servicio Penitenciario, el CONICET, el INTA y la Comisión Nacional de Energía Atómica, entre otros organismos.

Un profesor universitario consultado por Clarín dio las señas del acosador laboral: "hay una frase perfecta para definir al acosador laboral…, pero su mama no tiene la culpa". "Son los y las tiranas de la oficina con una personalidad psicopática, con alteración del sentido moral y ausencia de culpabilidad. Tienen entre otros atributos la cobardía, la mentira, la mediocridad y el complejo de inferioridad. Son escondedores, competitivos, de malos modales, gritones, mal predispuestos al diálogo, exhibicionistas de su supuesta impunidad y muy rencorosos".

Tuesday, July 04, 2006

Ryszard Kapucinsky-Periodista para toda la vida

Por Graciela Azcárate 

"Hay que tener presente que en mi han convivido dos oficios: e l periodista de agencia de prensa (agencia polaca Pap) y el historiador -escritor. Ser corresponsal, un trabajo agotador, era mi única manera de tener dinero para viajar. Como periodista estaba sujeto a los criterios de brevedad y ahorro. No podía ofrecer un cuadro completo de la situación, en mis artículos no había sitio para las sensaciones, el trasfondo de las cosas, los paralelismos históricos ni las reflexiones. Trabajaba en los países del Tercer Mundo y redactaba informaciones muy pobres. Reducía todo a los hechos desnudos, pero así impedía que mis lectores obtuvieran un sentido de las proporciones. Fuera de su alcance quedaba un mundo inmenso. Por eso empecé a escribir libros. Volvía de los viajes con un material riquísimo que me permitía, en mi casa de Varsovia, explicar con calma el mundo de aquellos hechos que antes solo había contado telegráficamente".  

Ryszard Kapucinsky 
 

El taller celebrado en Constanza, por OIT y el IPEC, sobre el tratamiento del lenguaje y la noticia en los medios de comunicación sobre todo lo concerniente a la niñez y adolescencia ha sido en mi caso un detonante. Como abrir un baúl lleno de sorpresas, de interrogantes y desafíos.

Muchas veces una escribe pensando que lo que  hace es un aporte y sin embargo, nacida y educada en una cultura autoritaria y patriarcal, sin quererlo refuerza modelos que perpetúan la desprotección y el abuso de la infancia.

Inmersos en las nuevas tecnologías, en la globalización y en una deshumanización avasallante,  las guerras que siguen asolando el planeta son una degradación de la condición humana.

En esas realidades atroces, la niñez y la adolescencia son los indefensos y excluidos del sistema, son los que no tienen defensores para sus derechos.

Su indefensión es una bofetada en la cara a toda la sociedad, una ayuda memoria de la responsabilidad social que le toca al género humano.

Cuando los periodistas que asistieron al evento argumentaron  como justificación en el tratamiento de la información de la infancia, las limitaciones impuestas por los  dueños de los periódicos, las exigencias de los jefes de redacción, las limitantes de espacio y las condiciones deplorables para ejercer el periodismo recordé a Ryszard  Kapuscisnki: el maestro del reportaje.

Historiador y reportero polaco, famoso por la calidad de sus entrevistas  y la publicación de más de veinte libros escritos sobre la realidad de los países del Tercer Mundo, África y Asia, dice que la guerra convierte a los seres humanos en bestias.

"Cada guerra  es una derrota para todos. No hay ningún vencedor. He visto muchas guerras, pero recuerdo especialmente cómo acabó la Segunda Guerra Mundial. Hubo unos días de euforia, pero luego fue saliendo a la luz la gran infelicidad que la acompañaba: los mutilados, los niños huérfanos, las ciudades heridas y arrasadas, la gente irremediablemente enloquecida".

Considerado el "Reportero del siglo", en el año 2003, recibió el premio Príncipe de Asturias y en una larga entrevista dio la clave de cómo llego a ser un maestro en el oficio.

El secreto radicaba en su empatía y comprensión por los desposeídos, excluidos y marginados.

"Para mí una de las características del reportero es la empatía, esa habilidad de sentirse inmediatamente como uno de la familia. Compartir dolores, los problemas, los sufrimientos, las alegrías de la gente, que de inmediato reconocen si él está realmente entre ellos o si es un pasajero que vino, miró alrededor y se fue".

Con modestia y muy ameno en la conversación contó que el haber nacido en Polonia oriental, (Bielorrusia) en una tierra pobre y sin recursos lo hizo comprender y manejarse con naturalidad en esos otros escenarios donde la pobreza y la falta de alternativas son el pan de cada día.

Nacido en 1932, sobrevivió la guerra y la post guerra en una Varsovia arrasada, siendo él mismo un refugiado.

En 1956, recién egresado de la Universidad de Varsovia como historiador aceptó un empleo en una agencia de noticias muy pobre.

Era el precio que tenía que pagar para escribir libros en el futuro.

"Yo sabía que para poder viajar por el mundo, a países apartados, sin tener dinero, debía pagar con un trabajo duro y difícil, tal vez el peor pagado del periodismo, el de la agencia de prensa. Es para esclavos. Tenía que pagar este precio para luego escribir libros".

Contó que la agencia le exigía  enviar notas cortas, por los costos y el tiempo y que esa nota escueta  era un periodismo pobre y formal de no más de 800 palabras. Lo peor  de todo era que no abarcaba la rica realidad de lo que estaba viviendo en África y el Asia. Tan rica, tan colorida y tan distinta a la europea.

Pero precisamente esa limitación lo indujo a escribir sobre eso que no entraba en los cables formales de la agencia de noticias, y en vez de irse a beber whisky con los otros reporteros al bar del  hotel, él se encerraba en su cuarto a escribir lo que no podía describir en el cable indigente de sólo 800 palabras.

Cuando en el taller se tocó el tema de la prensa sensacionalista, las afirmaciones del maestro retumbaron en mis oídos:

"Yo estoy en contra de la prensa sensacionalista. Olvidamos que un periodista es un ciudadano del común. Entonces como periodistas debemos tener responsabilidad no solo profesional, sino en el sentido ciudadano: ¿Es esto bueno para mi ciudad, para mi nación, o para mi patria? No en el sentido partidario, sino en el sentido más alto de la responsabilidad, no profesional sino ciudadana".

En una entrevista publicada en "Sala de Prensa" una web para profesionales de comunicación iberoamericanos  dijo una frase que creo deberíamos reproducir como proclama: "El periodismo no es solamente una profesión, es una manera de pensar y de vivir. Nosotros decíamos con cierto orgullo que el periodismo era ese algo que íbamos a hacer toda la vida. Esta profesión  requiere algo de sentido de misión, de vocación porque es muy dura y si no se tiene valentía es mejor cambiar de oficio".

Entre la bibliografía que nos entregaron en el taller,  en el folleto" Prevención y eliminación del trabajo infantil y adolescente domestico" auspiciado y publicado por OIT, IPEC, SEM y ANNA en la bibliografía recomendada cita  el libro de Kapucinski titulado" Los cinco sentidos del periodista" del Fondo de Cultura  Económica y Fundación Nuevo Periodismo, editado en  Buenos Aires, en el 2003.

Este maestro del reportaje, es un humanista, " un hombre decente" más para sumar a mi galería integrada por Noam Chomsky y Edward Said.

Un hombre lúcido y sencillo que dice: "Actualmente vivimos un periodo de banalización de la palabra. La  palabra ya no tiene el peso de antes. A eso debemos sumar el peligro de esta profesión que es la rutina y creer que cuando se aprende algo ya lo sabemos todo. En el mundo de hoy la gente posee reconocimiento y educación y si el periodista quiere ser aceptado por la gente debe tener mucho mas conocimiento que ellos" 

Para consultar las entrevistas en su totalidad: 

Sala de prensa 2001. 37. Noviembre 2001.Año III, Vol.2.

Sala de prensa 2003. 55. Mayo 2003 Año V. Vol. 2

A la memoria de Zunilda Pierret

Por Graciela Azcárate 

Las crónicas escritas por Angela Peña sobre  las desvastaciones  del Archivo de Música Nacional me dieron una enorme tristeza. Después salió la vieja pendenciera con ánimos terroristas y justicieros pero recordé al entrañable José Saramago cuando dice que él escribe de la gente buena y sin demora recordé a Zunilda Pierret y lo que hicimos desde el Centro de Recuperación, Conservación, y Difusión de la Música Dominicana, en aquel lejano 1999.

El 20 de marzo, llamé a su casa para pedirle que nos ayudara en el Rincón de la abuela de Conani, el esposo desconsolado me contó que Zunilda había fallecido el sábado 18 de marzo. Estaba en deuda con ella, con su recuerdo, con la amistad que me dispensó. Para los que laboramos en el Teatro Nacional y en el Centro de Recuperación, trabajar con aquella señora fue un honor. Si de algo estamos orgullosos, aquel equipo de servidores públicos es el de haber contribuido a homenajear en vida a una de nuestras glorias de la música y la cultura.

Como romántica impenitente que soy revisé la colección de revistas de Teatro, las fotos de aquellos años tan creativos, desanduve en la memoria los corredores del Teatro Nacional y reviví aquellos meses en que, entre todos hicimos realidad  el sueño de Zunilda. Miré las fotos de ternura desarmante de aquel matrimonio de ancianos que nos visitaron con la música  para niños guardada en una vieja maletita. Lloré a lágrima viva. Después pensé que no había mejor homenaje que transcribir el relato de lo que pasó aquel 19 de julio del año 2000.

A crecer cantando

El cancionero infantil de Zunilda Pierret 

Hace 46 años, en la escuela número 8 Bernardino Rivadavia, de un pueblito de la provincia de Buenos Aires, tres divisiones de chicos de seis años empezaban la vida escolar. Mirábamos preocupados a las tres maestras asignadas para primer grado inferior. Me tocó en suerte una india mapuche, vieja, petisa, fornida y con apellido italiano.  Haydeé Paganini tenía una hirsuta cabellera, blanca en canas y con vozarrón estentóreo en el patio de la escuela nos daba órdenes y ponía en fila. Era acelerada, mandona, eléctrica, tenía bigotes y manos de campesina. Tímidamente, mientras nos sacábamos el lastre de tener seis escasos años, entre almidones, delantales blancos y trenzas empezamos a hacerle burla, a dibujarnos bigotes y a soñar que nos cambiábamos el apellido para  pasarnos al otro primero inferior, el de la maestra joven, bonita y sin bigotes.

Ella era también la maestra de música y dos veces a la semana en el patio cubierto, al lado del escenario y en un precioso piano vertical nos enseñó a cantar.

A partir de esas tardes de sol, cantando con la maestra Paganini, todo cambió. Todo tomó otro curso, la vida ganó en color y la música nos ganó de la mano de aquella inenarrable maestra de canto. 

Allá en lo alto/ un águila guerrera/ audaz se eleva/ en vuelo triunfal/ azul un ala del color del cielo/ del color del mar/ es la bandera de la patria mía/ del sol nacida/ que me ha dado Dios.  

Así, cantaba melodiosamente la maestra Paganini, entonces todo se transformaba, ya no era la petisa recia y gritona, sus manos no eran de campesina, y la ceiba del patio se preñaba de flores cuando cantaba con su voz inusual las marchas de la patria. Los chicos nos arremolinábamos alrededor de su piano y aprendíamos solfeos y pentagramas con una señora que de pronto se había convertido en un pájaro cantor. Seria y cauta me le acerqué una tarde para pedirle que me deletreara despacito lo del águila guerrera que audaz se eleva, para copiar la letra en el cuaderno, porque me sugería cosas y me ponía alas. Cariñosa, me subió a sus faldas y entre los pliegues de su delantal blanco, almidonado y con olor a sol me abrió unos libros llenos de marchas y canciones para chicos. Copié la letra con detenimiento y cada mañana mientras izaban la bandera y cantábamos "Aurora" yo me imaginaba que tenía alas, el vuelo de un águila y como una flecha de plata me clavaba en el firmamento. Como los  principios de bondad, ética y solidaridad que aquella vieja maestra nos inculcó, traduciéndonos viejos cancioneros de otras partes del mundo. Ajados, manoseados y en otros idiomas ella me los fue dictando, despacito, contenta de que aquella pequeñita la siguiera encandilada, tratando de averiguar  qué era lo que cantaban los chicos de otras partes del mundo.

No sólo me enseñó a leer y a escribir, me enseñó montones de canciones  y cómo entonarlas. Me fue pasando hoja a hoja unos viejos cuadernos de música de un ancestro italiano, que emigró a la Patagonia y se los dejó en prenda. Ustedes se preguntaran a qué viene este cuento de mi vieja maestra de canto.  Recuerdo que cobró vida, cuando días después de la inauguración del Centro de Música, una mañana me visitó  Zunilda Pierret de Morel. Su esposo la acompañaba y en una vieja maletita llevaba un cancionero infantil dominicano inédito. Por años había tocado puertas para que lo imprimieran y los chicos nuestros tuvieran que cantar. Mientras conversábamos, me contó su vida dedicada al violín, su academia de música con el método Susuki y cierta desazón que le fue creciendo en el alma. Ciertas preguntas que se empezó a hacer, dudas de si valió la pena tanto sacrificio, porqué la frondosa escuela se había quedado diezmada y sobre todo la reiterada pregunta de si era mala maestra.

Zunilda Pierret se había olvidado que vivimos en una isla del tercer mundo, que la ingratitud y el descuido son los atributos de sus hijos, que la globalización, el mercadeo y el dinero se han erigido en el nuevo Moloch. No es que sea mala maestra, es que los principios de honestidad, sensibilidad y ternura se han cambiado por un individualismo exacerbado, por una codicia de cuatreros californianos o de piratas de La Tortuga. Cuando le pregunté  como le preguntaba a la Paganini cómo sonaban esas canciones, Zunilda Pierret de pronto se quitó los años, como quien se quita un vestido. Tiró por la borda los años de silencio y olvido y cantó las canciones que por años compuso para ver crecer cantando a los hijos de sus hijos y a todos los niños de su entorno. Cantó como quien desgrana una mazorca, para que los ideales no se vayan a pique, para que la vida sea vivida recta y sincera como una flecha de plata.

Zunilda y la Paganini se confundieron en una sola maestra de canto. El norte y el sur se invirtieron, el frío y el calor se  alternaron, los tiempos se mezclaron. Dejé los 52 años que tengo para recuperar las trenzas y el delantal blanco, floreció una ceiba centenaria y un águila imperial, se elevó, apuntando a un mundo más justo, encarnando al desterrado que logra siendo desvalido como los niños, las mujeres y los viejos patearle el tablero a los poderosos. Con la serena paciencia de los apasionados, desde hace tres meses hemos ido dándole forma al cancionero para niños de Zunilda Pierret. Ella es incrédula, se pone nerviosa, sabe que es una ambición largamente acariciada, teme que no haya candidatos que sumar a su pasión. Radhames Simó digitó en la computadora las partituras, Natacha escribió el prólogo y buscó auspicios, Mauro diseñó unas viñetas graciosas y una portada con flores y niños cantando.

Laurina Vázquez está ensayando con doce voces blancas un sueño de muchos años, Dinorah hizo subir las gradas para que los chicos del coro se ubiquen, don Ramón imprimió unas invitaciones con una ronda de niños cantando. Música, canto, pinceles, diseño gráfico, partituras, todo se conjugó para dar forma a un sueño.

El sueño esta noche se hace realidad. No es solamente el sueño de Zunilda Pierret. Es el sueño de todos. 

Palabras leídas en la puesta en circulación del Cancionero Infantil Dominicano de Zunilda Pierret por Graciela Azcárate, Directora del Centro de Recuperación, Conservación y Difusión de la Música Dominicana. Organismo adscrito al Teatro Nacional mediante el decreto presidencial N0 343-99 del 12 de agosto de 1999

Una jornada particular

Por Graciela Azcárate 

El derecho a la libertad de expresión siempre es importante para los profesionales de los medios de comunicación, pero deben sopesarla con otros derechos importantes, especialmente los derechos de la niñez a no sentir temor y no ser explotados. 

Aidan White. Secretario General Federación Internacional de Periodistas. 

"Una giornatta particolare" es el título de una película italiana de los años setenta.  Marcello Mastroiani y Sofía Loren , desconocidos en sus papeles, encarnaban "una pareja particular" en la Italia fascista de 1930.

"La jornada particular" era un domingo de fiesta, alrededor de Benito Musolini, Il Duce y el fascio en el gobierno.

Sofía Loren encarnaba una ama de casa sometida, envejecida prematuramente, cargada de hijos y con un marido, jefe de una brigada fascista, autoritario y violento. Mastroiani interpretaba a un empleado público homosexual, en su último domingo, en Roma, antes de ser deportado a la isla de Lipari, precisamente por sus preferencias sexuales.

Película que recordé cuando fui invitada a participar en un taller propiciado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)  y su Programa  Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC)sobre el tratamiento de la información periodística de niñez y adolescencia.

Desde el viernes 9 hasta el domingo 11 de junio, sesenta periodistas de distintos medios, televisivos, radiales, de prensa escrita y digital se sentaron a pensar e intercambiar ideas acerca de cómo encarar y abordar la información, de cualquier índole referente a la infancia y adolescencia dominicana.

La magnitud del trabajo infantil en República Dominicana, el diagnóstico general sobre la situación de la infancia, las violaciones frecuentes y admitidas en el manejo de la información en los medios, el estado general de la educación en el país y sus repercusiones en el tratamiento del lenguaje, los temas abordados en televisión de forma sensacionalista y violenta fueron algunos de los temas debatidos.

Los tres días del taller, los temas tratados, las preguntas de los participantes, las respuestas de los técnicos del programa, la dinámica entre todos, los debates bizantinos y los monólogos narcisistas me hicieron recordar aquella película italiana que retrataba una sociedad violenta y autoritaria, que discrimina y silencia a los más vulnerables y débiles, precisamente por ser diferentes o por la tradicional indefensión.

Me recordó el fascismo cotidiano en que vivimos y la violencia continua del lenguaje, con el que nos bombardean y anestesian desde la radio y la televisión.

En la tarde del sábado,  se trasmitió un video producido por la periodista Judith Leclerc para un programa titulado "Al rojo vivo" de Telemundo  que desató múltiples reacciones.

Los representantes de UNICEF se retiraron como señal de protesta, el oficial de comunicaciones de IPEC expresó su disconformidad con el corte sensacionalista y vejatorio del video y reclamó a CONANI, como organismo rector del sistema de protección de niñez y adolescencia que tomara cartas en el asunto.

Como responsable de comunicación de esa institución iba a responder cuando una salva de aplausos de los compañeros periodistas me cerró la boca y me dejó atónita.

Atónita, porque precisamente ese video ofensivo y vulgar era el más acabado ejemplo de lo que no se puede ni debe hacer en televisión para supuestamente ayudar a la niñez y violatorio flagrante del Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes. Ley 136-03.

Como Marguerite Yourcenar que decía que uno no se debe enojar cuando nos tiran un guante a la cara, sino que debemos sentarnos a escribir del guante y de la acción de arrojarlo, por eso es que me siento a escribir esta crónica de "una jornada particular".

Patricia García de UNICEF explicó brevemente las fallas y carencias del periodismo dominicano en materia de infancia; Fausto Rosario Adames propuso desarrollar otros géneros literarios como la crónica, el perfil o la historia de vida para superar la indigencia periodística y la falta de creatividad en estos temas; Altagracia Salazar con su habitual gracejo puso el dedo en la llaga e hizo una radiografía descarnada del periodismo dominicano en materia niñez y con humor pidió una piedra para darle sin compasión al compañero William Rodríguez de SIN y sus posiciones sexistas. En el cierre del taller, el diagnóstico y la evaluación convocó voluntades, compromisos y propuestas para "Potenciar la sensibilidad y el compromiso ético de las y los periodistas, absteniéndose de usar calificativos que refuercen estereotipos, estigmatizaciones, generalizaciones, presunciones erróneas o presentaciones sensacionalistas, cuando aborden temas de la niñez y adolescencia. Una información sobria y balanceada debe ser la pauta a la hora de brindar cobertura a los hechos y los acontecimientos en que se ven involucrados la niñez y la adolescencia" dice  el  Código de ética para la cobertura informativa de temas sobre niñez y adolescencia del Colegio de Periodistas de Nicaragua".

Cita que tomo de esa publicación nicaragüense y que integraba una rica mesa  de publicaciones puesta a disposición de todos los periodistas allí presentes por OIT y el IPEC. Adalberto Grullón y Octavio Rivera responsables de llevar a cabo el taller distribuyeron material informativo, publicaciones, libros, catálogos que encerraban el secreto y la savia  para hacer un periodismo con responsabilidad ética y sensibilidad social.

Laetitia Dumas y Dabeida Agramonte responsables del programa en el país cerraron el taller con la esperanza de que el diagnóstico surgido del mismo sea una promesa firme para ejercer un periodismo respetuoso y decente en beneficio de la infancia y adolescencia.

El regreso en el bus, desde Constanza hasta Santo Domingo, merece un párrafo aparte porque durante tres horas y media los que regresamos en ese medio parecíamos integrantes de un colectivo esquizofrénico y autista. Sin pausa se desarrolló un festival de conversaciones a los gritos, cuentos subidos de tono, burlas sobre la supuesta rigurosidad de CONANI en la guarda y protección de nuestra niñez, todo dicho con un lenguaje violento, sexista y autoritario.

Como si aquella "jornada particular" de neto corte fascista de hace setenta años se reprodujera como un hongo venenoso y contaminante,  algunas periodistas, todas mujeres de El Listín, Teleantillas,  Telecentro y hasta la representante de la Secretaría de la Mujer me hicieron pensar si yo estaba oyendo bien o alucinaba.   La misma periodista de "Al rojo vivo" demostró que no había entendido nada del taller y con arrogancia desafió e hizo alarde del sensacionalismo de su video. La gota que desbordó la copa fue un cuento abominable contado por una mujer periodista donde lisa y llanamente hizo la apología del incesto practicado por un abuelo a su nieto adolescente.

Un silencio profundo se deslizó desde el frente del bus y ganó a Felipe Mora, Grisbel Medina, Lourdes Rodríguez, Yokaira Zapete, Olivo de León, Felix Parra y la que escribe esta crónica.

Me quedé muda y como Altagracia Salazar busqué una piedra para derribar ese  concierto de voces, violento y estúpido.

Tal vez la pedrada más contundente sea esta crónica y el intento de escribir un periodismo distinto como nos propuso Fausto Rosario Adames.

Revivir nuestra infancia, hacer memoria del pasado y como un David bíblico a pesar de la pequeñez y la vulnerabilidad derribar al Goliat de la violencia, el autoritarismo y la impunidad.

A pura pedrada de cuentos, de crónicas y de simples historias de vida.

Sunday, May 28, 2006

Una victoria del espíritu Para Miguel Angel Aza que me recordó que “Los chicos nos miran”

POR GRACIELA AZCÁRATE
A veces aunque se pierda se gana. Hay victorias del espíritu. Elie Wiesel

En abril del año pasado algo ocurrió en mi vida. Algo tan terrible y
fuerte que tuvo los efectos devastadores de un terremoto. Como si una
ojiva nuclear hubiera hecho blanco en mi vida laboral, el impacto me
derrumbó.

Sin dudar un minuto lo afirmo sin pudor: me tumbaron con un golpe seco
y certero en la nuca.

Si hubiera sido un mosquetero galante y bizarro del siglo XVII,
hubiera exclamado: -¡Touché!

Tocada y derrotada me hundí en una profunda depresión, moral y psicológica.

Unos meses después me rescataron mis hijos y el inicio de un trabajo
que tenía que ver con la niñez dominicana.

El nuevo trabajo me reconcilió con la condición humana. Me dio la
oportunidad de ganarme la vida con decoro, me trataron con
consideración, apreciaron mis habilidades y los aportes que podía dar
a la institución y sobre todo me hicieron sentir apreciada y querida.

Perpleja ante la magnitud de lo que estaba pasando, asqueada de ese
falso mundo intelectual donde la zancadilla, la rivalidad y la envidia
lo atraviesa todo dejé de escribir en la sección de Areito, por mi
bautizada "Historia de vida".

Lisa y llanamente, tenía los recursos económicos que suplían la mísera
colaboración, que fue lo único que me dejaron hacer en ese ejercicio
feroz de mediocridad a que fui sometida desde abril.

Necesitaba oxígeno, respirar aire puro y limpiarme de tanta infamia.

Me mandé a callar y si hoy retomo esta página lo hago impulsada por un
correo electrónico que recibí hace unos días de Miguel Angel Aza, un
joven estudiante de periodismo de 22 años.

Como un sacudón afectuoso, como un recordatorio de mi responsabilidad
como intelectual y como adulto, me recordó "que los chicos me miran".

Con amabilidad y gallardía me recordó que lo que escribí el 8 de
enero de 2005, acusando a los burócratas de turno de dar la espalda a
los jóvenes, lo estaba reeditando al no acudir a mi cita puntual de
todos los sábados en Areíto.

Ese jovencito, como aquellos otros chicos de la memorable conferencia
en INTEC, en torno a Humboldt, y los correos permanentes de H.Galván
contando su intrépida intervención en Barahona y en la tragedia
cultural de la IX Feria Internacional del Libro fueron una especie de
ayuda memoria para que reasuma ese compromiso que contraje en el año
2002, cuando inauguré la sección "Historia de vida".

Otras personas me han llamado y preguntado porqué no salía el artículo
semanal. El domingo, por ejemplo, un lector me recordó un artículo
titulado "Huéspedes de la vida" donde cité a George Steiner cuando
dice : "El ser humano carece de raíces y se ve obligado a peregrinar
en lo humano_ eso significa que somos huéspedes de la vida. El Ser es
nuestro anfitrión. Estamos invitados por la vida", y agrega: (_) "
¿Cómo debe comportarse un huésped? Debe abandonar la casa en la que ha
sido invitado más limpia, más hermosa, más segura de lo que halló a su
llegada"

Al releer la cita recordé lo que sentí y pensé cuando llegué por
primera vez a la isla con un bebito en los brazos y un chiquito de
cuatro años de la mano. Desde el fondo de mi corazón tuve la certeza
de que había encontrado "mi lugar en el mundo".

Como la cita de George Steiner, desde hace veinticuatro años, como
huésped de la isla y de este pueblo he tratado con mi trabajo y con mi
familia de hacer más y mejor por el país que me dio albergue.

Desde entonces mi vida y la de los míos se ha construido en la tarea
permanente de reciprocar todo lo nos dieron.

Si miro al pasado y recorro un cuarto de siglo de mi vida, ésta es una
sucesión de peldaños jalonados de trabajo creativo y de aventuras
intelectuales.

Me hice adulta, definí mi vocación de creadora en este hospedaje
cotidiano que requiere gratitud, creatividad, capacidad de trabajo,
decencia y generosidad intelectual.

Cuando leo las crónicas de Angela Peña sobre el patrimonio musical
tirado a la basura, cuando "los chicos me recuerdan que nos miran" y
son testigos del vandalismo de los mayores entiendo que ya es tiempo
de terminar con mis vacaciones de la infamia.

Salí a flote, la crisis me enseñó muchas cosas de mí, supe quienes
eran mis verdaderos amigos, descubrí distintas facetas de mis hijos
que me maravillaron y gratificaron, también descubrí una pandilla de
hipócritas y arteros disfrazados de mansos corderos, sobre todo fue
una lección de sociología caribeña.

Compruebo que a pesar d e haber "atravesado la negra noche del alma"
nunca ni por un momento dejé de bendecir a mis anfitriones, ni de
honrar a los que nos dieron cobijo, trabajo y calor, a los que me
permitieron ser lo que soy, criar a mis hijos y vivir serena al abrigo
del desamor.

Hasta miro agradecida a mis enemigos porque de esta colosal crisis y
de ese terrible derrumbe salió una persona más madura, más sabia y
reflexiva y sobre todo con más recursos para volver a dar la pelea.

Cuando releo la frescura de esta misiva me siento bendecida por una
victoria del espíritu. Con el mismo sentimiento de agradecimiento y
ventura conque miro a mis hijos, me siento deudora de este otro hijo
que me gané llamado Miguel Aza y en ellos siento encarnada esa frase
memorable de Karl Menninger cuando dice : "Lo que se les dé a los
niños, los niños darán a la sociedad".

Carta de Miguel Aza
Me da miedo empezar, no sé como contar lo que siento.

Empecé a leerla en la columna que escribía en el suplemento Areito del
periódico HOY. Cada sábado me encontraba con su página literaria y la
disfrutaba muchísimo. El día que salió su escrito titulado "Los chicos
nos miran" me sentí muy identificado con lo que contaba en esa página,
ese deseo de los jóvenes de sentirnos apoyados y la desorientación que
siento como joven por encontrar mi lugar en el mundo. En la Feria del
Libro del 2005 la encontré caminando por las instalaciones de la Plaza
de la Cultura, la saludé y le expresé mi admiración por sus trabajos
como periodista cultural, quizás no se acuerda, lo que si recuerdo es
que usted se sorprendió al ver que la llamaba por su nombre y
apellido. Quizás no se percató de que " Hay chicos que la miran",
miran a quienes hacen con amor el oficio con el que sueñan: el
periodismo cultural.

"Vivo en el Caribe desde 1984, estaba muda y busque una nueva voz",
puso usted en la botella virtual que lanzó al mar de Internet.

El mensaje me ha llegado, también yo decidí buscar una voz, buscar la
libertad a través de la lectura. Llegó tarde pero llegó. Ya queda poco
del niño que se tiraba al suelo y creaba un pequeño periódico con un
par de páginas, ya queda poco del niño que escribió un cuento y su
profesora le recriminó por "copiar los cuentos de los libros".Tras eso
vino la soledad, las lágrimas y el miedo. Encontré mi voz tarde. Me
sigue apasionando el periodismo pero sé que no tengo experiencia ni
las lecturas suficientes para ser periodista cultural.

Sólo le doy las gracias por las veces que la he visto sentada leyendo
en un sofá de la Librería Cuesta rodeada de libros o en su recorrido
en la pasada Feria del Libro con un bolso repleto de libros.Me he
sentido feliz al verla.

Todo esto le resultará raro pero tenía que decirlo.

Gracias
Miguel Angel Aza, 22 años

Wednesday, January 25, 2006

Entre filos rotos y un violín desafinado





POR GRACIELA AZCÁRATE
Las cadenas de noticias informaron que Ariel Sharon empezaba a dar muestras de salir del efecto de los calmantes, y que sus ojos giraron cuando escuchó en una grabación la voz de uno de sus nietos.

¿Qué estará pasando en el cerebro del viejo halcón, dañado por un derrame masivo?

A lo mejor empieza a recordar su vida, y como en una suerte de iluminación revive a su padre, el agrónomo Shamuel Shnaiierman y a su madre, la estudiante de medicina Vera, que inmigraron a Israel, después de la primera guerra mundial. Cuentan sus biógrafos que los padres huyeron de Europa oriental y que por todo ajuar se llevaron un violín y un cuchillo.

Cuando su hijo Ariel nació el 26 de febrero de 1928, en el poblado agrícola de Kfar Malal decidieron regalarle aquellos dos instrumentos emblemáticos.

A los seis años el padre le entregó el violín para “enriquecer su alma” y a los trece le confió el cuchillo “para que se defendiera de sus enemigos”.

A lo mejor, en la agonía, como en aquella memorable novela de Carlos Fuentes “ La muerte de Artemio Cruz” el viejo guerrero pasa revista a los hechos más importantes de su vida, sus amores, sus errores y esas zonas oscuras y viles que pueden ensombrecer un destino vital.

Si Artemio Cruz se animó en su lecho de muerte a revisar sus traiciones a la revolución mejicana y a los ideales revolucionarios, ¿ qué se dirá Ariel Sharon, a sí mismo y a sus padres escapados de los pogroms de la Rusia zarista sobre su responsabilidad en los campos de Sabra y Shatila?

La masacre de los campos de refugiados de Sabra y Shatila, en Beirut Occidental, se llevó a cabo entre el 16 al 18 de septiembre de 1982. Perecieron unos 2.000 hombres, mujeres y niños palestinos y poco tiempo antres de producirse, los combatientes palestinos y soldados sirios, se habían retirado del Líbano como parte de un acuerdo promovido por Estados Unidos. Por tanto los civiles palestinos no tuvieron protección alguna frente al Ejército israelí y sus aliados falangistas.

La matanza de Sabra y Shatila tiene su antecedente en 1976, cuando los falangistas libaneses masacraron a 1.500 libaneses musulmanes en los barrios de Qarantina y Maslaj, en Beirut Oriental, y a cientos de refugiados palestinos en el campo de refugiados de Tel Zaatar.

Diversas investigaciones revelan que murieron unos 18.000 civiles, libaneses y palestinos, durante la invasión del Líbano de 1982, que fue promovida personalmente por Ariel Sharon.

Tras llegar hasta Beirut y sitiar y bombardear esta ciudad durante varios meses, las fuerzas israelíes se retiraron hasta el sur donde ocuparon una franja de territorio que debieron abandonar ante el ataque guerrillero de Hezbollah.

En 1982, la presión internacional fue de tal índole que Israel se vio obliglada a crear una comisión de investigación dirigida por el presidente del Tribunal Supremo, Yitzhak Kahan.

El informe de la Comisión Kahan señaló que en septiembre de 1982, el primer ministro Mehanem Beguin, el ministro de Defensa Ariel Sharon y el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Rafael Eitan, decidieron que el Ejército israelí penetrara en Beirut Occidental, donde se hallaban los campos de refugiados de Sabra y Chatila.

El propio Eitan declararía más tarde que esa misma noche él y Sharon acordaron que los falangistas entrarían en el campo de refugiados. El 15 de septiembre de 1982 comenzó la entrada de las tropas israelíes en Beirut Occidental.

El 16 de septiembre, la Oficina del ministro de Defensa publicó un documento en el que resumía en dos frases las instrucciones de Sharon con respecto a la entrada de las tropas israelíes en Beirut Occidental: “Sólo un elemento, es decir las Fuerzas de Defensa Israelíes el Ejército israelí, dirigirá las fuerzas presentes en el área. Para la operación en los campos, serán enviados los falangistas”. Ese mismo día la masacre comenzó.

Eitan anunció, “Toda la ciudad está en nuestras manos,... los campos están rodeados y los falangistas van a entrar en ellos”. Ese mismo día los falangistas entraron en los campos de Shatila, y comenzaron los asesinatos, las violaciones y las torturas. Dos semanas después de la matanza, la revista Time señaló que Sharon había planeado “desde hacía varios meses” la utilización de los falangistas para atacar los campos y había discutido la acción con Bashir Gemayel, el líder de los falangistas.

El diario israelí Haaretz concluyó que el objetivo real de la masacre era el de lograr “la expulsión total de la población palestina del Líbano”.

El profesor Jonathan Frankel, de la Universidad Hebrea, escribió tres meses antes de la masacre un artículo en el diario Jerusalem Post que dice: “Existe la intención de crear un estado de pánico para provocar una huida masiva de los palestinos hacia Siria y convencer a la población palestina que ya no estaba a salvo en el Líbano. Ariel Sharon nunca ha hecho un secreto de esta estrategia suya. El quiere eliminar la presencia palestina y Siria del Líbano y establecer allí un gobierno cristiano proisraelí, destruir a la OLP y anexionarse los territorios de Cisjordania y Gaza. Más tarde, se produciría la expulsión hacia Jordania de la población palestina de estos territorios”.

El profesor Frankel resumió el plan de Ariel Sharon para completar la “solución final al problema palestino”, solución que tanto él como otros extremistas y dirigentes de derecha de la elite israelí tienen planeada desde hace varias décadas.

Varios periodista, analistas y especialistas en Medio Oriente que visitaron las regiones del Libano de Sabra y Shatila se refieren a ese genocidio de la siguiente manera: “La obscenidad de las matanzas, sus detalles de sadismo, el paisaje surrealista de cuerpos hinchados por el sol y edificios demolidos por excavadoras, todo esto contribuyó a bloquear las pruebas menos visibles de una cuidadosa planificación logística”.

Un periodista norteamericano que visitó la escena de la matanza, dijo “en la guerra estas cosas pasan” pero otro le contestó: “estas cosas no pasan simplemente sino que son resultado de algo”.

“Shatila y los barrios de los alrededores ofrecían escenas de caos y desolación, llenos del olor de la muerte, de mujeres que lloraban y maldecían a los gobiernos árabes, de periodistas en busca de testigos, de cuerpos y brigadas de enterramiento. Las excavadoras, con letras hebreas perfectamente visibles, traídas para demoler las casas sobre los cuerpos, permanecían como testigos mudos”.

La Cruz Roja Internacional y la libanesa, así como la Defensa Civil se dedicó a enterrar los muertos. Hubo enterramientos masivos como por ejemplo la enorme tumba colectiva situada en la encrucijada entre la calle Abu Hassan Salamremeh y el bulevar del aeropuerto. Muchas familias se llevaron los cadáveres de sus deudos para darles la debida sepultura y muchos supervivientes abandonaron la zona.

Casi ignoradas por el resto del mundo quedaron tres investigaciones palestinas llevadas a cabo por activistas e investigadores ligados al movimiento nacional. Los documentos recogidos se destruyeron, en la Batalla de los Campos, que comenzó en mayo de 1985, y cuando el ejército arrolló los archivos por las calles durante uno de sus registros en Fakhany.

Otro investigador presente en aquella época se dedicó a reclutar a colegas y vecinos de Shatila para llevar a cabo una investigación de la matanza.

Su objetivo consistía en reconstruir exactamente lo sucedido a través de relatos de testigos oculares, y calcular el número de muertos y desaparecidos. Entrevistaron a más de 120 testigos antes de verse obligados a interrumpir su labor por la explosión que se produjo en el Centro de Investigación en febrero de 1983 y la mayoría de los empleados fueron detenidos y deportados.

Un periodista refiere que: “Al visitar Shatila después de la matanza impresionaba la energía con la que la gente -sobre todo las mujeres- reconstruían sus hogares antes de la llegada del invierno. Se inscribió a los niños en el colegio y se trasladó a los heridos y enfermos para que pudieran recibir tratamiento. Los colegios y las clínicas trabajaban a toda velocidad para recobrar la normalidad”.

Veinte años después, los agresores como Robert Hatem, apodado “Cobra”, guardaespaldas del comandante Elie Hobeika de las fuerzas libanesas escribe un libro de memorias donde trata de exonerar a Sharon de su culpabilidad en las matanzas y dice que todo fue producto de los grupos de presión israelíes o libaneses en Washington como posibles iniciadores.

Ariel Sharon el gran artífice y responsable de esa gran matanza, libra su última batalla de antemano perdida.

Los armenios dicen que los crímenes de guerra nunca quedarán enterrados del todo mientras un “pueblo” viva. Mientras perviva la memoria de los sobrevivientes de Sabra y Shatila, el general israelí Ariel Sharon permanecerá insolente y vivo, debatiéndose entre filos rotos y mellados que ya no lo defienden de sus enemigos y recorrido por los aires de un violín desafinado que tampoco enriquece su vida.

Tuesday, December 13, 2005

Bienvenido, Daniel


“La libertad sólo para los partidarios del gobierno, sólo para los miembros de un partido, por numerosos que ellos sean, no es libertad. La libertad es siempre libertad para el que piensa diferente” Rosa Luxemburgo

“Sé de hombres y mujeres, magníficas personas, que de repente se encuentran desamparados, vacíos, sumergidos en la duda, en la incertidumbre, en la soledad, perdidos, enloquecidos. Lo que los inspiró y condujo por la vida, el ideal de justicia y belleza por el cual tantos sufrieron persecuciones y violencia, exilio, cárcel y tortura, y otros muchos fueron asesinados, se transformó en humo, en nada, en algo sin valor, apenas fue mentira e ilusión, mísero engaño, ignominia”. Jorge Amado

POR GRACIELA AZCÁRATE
El sábado 3 de diciembre cumplí 58 años y como la canción “de repente me puse a pensar en lo que hemos vivido”.

Lo digo y lo pienso releyendo a Margaret Randall, a Zoila América Narváez, pensando en los años vividos, las experiencias, la historia que quedó atrás.

En la celebración de estos 58 años que siento privilegiados hice eso que dicen los astrólogos que es el resumen de ese momento estelar y único que es el nacimiento.

Me gusta todo lo que pasó, me apruebo y me alegro de lo vivido, con sus penas y alegrías, con aciertos y errores, con épocas doradas y oscuros pasajes de transformación.

Me gusta todo de estos 58 años. Si me dijeran qué quiero cambiar diría que nada. Por eso cuando releí el artículo que dediqué a Zoila América y recordé aquella década de los ochenta en Nicaragua, en una apresto feminista me pregunté: ¿ qué se dirá a sí mismo Daniel Ortega, cómo celebró sus sesenta años, el pasado 11 de noviembre, qué le dice su conciencia si es que la tiene?

¿Se atreve a celebrar sus sesenta años, se canta a sí mismo como Walt Witman o la conciencia de su felonía no lo deja dormir en paz?

Y reviví a la Margaret Randall de aquellos años, con su pelo largo, canoso, sus faldas gitanas y aquel aire de hippie norteamericana de los sesenta, tan bien descrita por Gioconda Belli, pero sobre todo rememoro el ambiente de aquella revolución que escondía en sus entrañas el demonio que la devoró.

El machismo, la doble moral, la hipocresía de sus dirigentes, la impunidad y sobre todo el abuso de poder.

Conocí personalmente a toda esa gente que ahora Zoila América cita, menciona y denuncia. Es más, haciendo memoria ahora entiendo unas conversaciones crípticas, donde Lisandro Chávez Alfaro, en ese momento Director de la Biblioteca Nacional, gran escritor y cuentista, amigo muy cercano de Rosario Murillo comentaba en voz baja que algo terrible pasaba en lo interno de la pareja de Daniel y Rosario. Pero que ella estaba decidida a cualquier cosa con tal de mantener la relación y a seguir en la cúspide del poder. Confieso que no medí el alcance de aquella confesión y fui superficial en mi juicio.

Como en aquella época la izquierda hacía turismo revolucionario, muchas supuestas militantes e intelectuales extranjeras llegaban en plan de viaje de descubrimiento sexual, y tirarse a un guerrillero o ser unjidas por el polvo glorioso de cualquier comandante de la revolución era el premio que otorgaba el viaje a la Meca de la revolución sandinista. Los comandantes vivían una aventura permanente y se despachaban un serrallo de extranjeras que buscaban ser bendecidas por un encuentro fugaz con un macho nicaraguense. Pensé que el drama en la pareja del comandante y la poetisa era una tercera en discordia.

Había de todo, desde gente comprometida y trabajadora, internacionalistas consecuentes, otros superficiales y muchísimos oportunistas de izquierda.

Gente que como la Randall lo sabían y se callaron creyendo que con eso ayudaban a defender la revolución y que tardó veinte años en confesar que se avergonzaba de su silencio.

Había otras que como yo ignoraron por completo lo sucedido porque los mismos militantes y cuadros importantes del sandinismo cerraron filas en torno a Daniel Ortega y a Rosario Murillo, y tendieron un manto de silencio cómplice.

En definitiva, y ahora tomo conciencia celebraron una especie de “omertá” a la siciliana. Los hombres hicieron un pacto de silencio machista y proclamaron el derecho de pernada.

Las mujeres, como la madre se pusieron del lado del poder patriarcal y su pasión patológica por el poder condenó a Zoila América a ser una Ifigenia del siglo XX.

En el caso de Rosario Murillo la falta es triple porque traicionó el ser mujer, traicionó a su hija entregándola al amante verdugo y como dirigente revolucionaria traicionó la ética del sandinismo auténtico.

Y como una no puede negar que tiene “una novelera” en sus venas, y como mi imaginación es siempre frondosa a pesar de los años transcurridos, como la canción me puse a pensar en el resumen de vida que se debe haber hecho Daniel Ortega al cumplir sesenta años.

¿Qué habrá pensado, qué celebró, y si tiene un poco de decencia qué cargos se habrá hecho el pasado 11 de noviembre del 2005, en que cumplió sesenta años?

Y a propósito de él, de lo que hizo de su vida recordé dos cuentos magistrales que se ajustan como un guante a este final de verguenza. De Lisandro Chavez Alfaro el que se titula “El perro, y de Juan Carlos Onetti “ Bienvenido, Bob”. Los dos auguran y relatan lo que puede pasar en una vida cuando de la promesa de futuro de un joven puro y transparente llegas al mundo adulto, gris de renuncia y envilecimiento. Porque Daniel Ortega no siempre fue el Comandante de una revolución triunfante y por diez años el presidente de un país emblemático.

Quién es José Daniel Ortega Saavedra

José Daniel Ortega Saavedra nació el 11 de noviembre de 1945, en el pueblo La Libertad, del departamento de Chontales, en Nicaragua. Pertenecía a una familia humilde que había luchado en la guerrilla revolucionaria de Augusto César Sandino contra las tropas norteamericanas de ocupación, y luego contra el Gobierno derechista de Anastasio Somoza García. Eran tan pobres y las carencias sanitarias del entorno de tal índole que dos de sus hermanos murieron muy pequeños.

A los 15 años se inició en las actividades políticas en la Juventud Patriótica Nicaragüense, y fue expulsado de la escuela local, teniendo que marchar a Managua para ganarse la vida. Allí reanudó sus estudios en el Instituto Pedagógico, regido por religiosos, y en el Colegio Maestro Gabriel. En 1962 inició la carrera de Derecho en la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua.

Poco después abandonó las aulas para entrar a la política e ingresó al clandestino Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), organización político-militar fundada en 1961, por Tomás Borge Martínez, Silvio Mayorga Delgado y Carlos Fonseca Amador en memoria del líder asesinado en 1934. Una de las primeras actuaciones destacadas del joven fue la puesta en circulación del periódico El Estudiante como el órgano de prensa del Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Convertido en estrecho colaborador de Fonseca, Ortega recibió del FSLN la encomienda de organizar unos Comités Cívicos Populares de resistencia a la dictadura somocista, así como comandos armados para librar acciones de guerrilla urbana, como sabotajes y el robo de bancos para incautarse de fondos. En 1965 Ortega, convertido en comandante con apenas 20 años, fue promovido a miembro de la Dirección Nacional (DN) del FSLN, desde el año siguiente con responsabilidad sobre el denominado Frente Interno.

En 1967, el año en que ascendió a la Presidencia de la República Anastasio (Tachito) Somoza Debayle, hijo de Somoza García, Ortega cayó en manos de la Guardia Nacional Estuvo preso durante siete años en los que padeció todo tipo de vejaciones y torturas, así como largos períodos de incomunicación en celdas de castigo.

En 1974 fue canjeado por los rehenes, colaboradores directos de Somoza y junto a los camaradas liberados se refugió en Cuba. Regresó en 1975, y encontró el movimiento dividido en tres facciones.

La tendencia Tercerista o Insurreccional, corriente donde militaban importantes comandantes como el famoso Edén Pastora, era la mayoritaria, y a ella se integraron Ortega y su hermano menor, Humberto. El trabajo de los hermanos Ortega en el terreno militar y político resultó determinante para la recomposición de la unidad del FSLN en aras de la ofensiva final contra Somoza y la toma del poder.

El 17 de julio de 1979 Somoza huyó del país y dos días después la guerra civil tocó a su fin con la entrada triunfal de las columnas sandinistas en Managua. La Junta General de Reconstrucción Nacional llegó desde Costa Rica a la ciudad de León el día 18 y asumió el poder con su instalación en la capital el 20.

En la Junta a Daniel Ortega lo flanqueaban Sergio Ramírez Mercado, Moisés Hassán Morales, el empresario liberal Luis Alfonso Robelo Callejas y Violeta Barrios de Chamorro, viuda del periodista y político opositor asesinado en 1978, Pedro Joaquín Chamorro.

Desde aquel 19 de julio de 1979 ha corrido mucha agua, mucha historia. Aquellos personajes adolescentes, como en el cuento de Onetti que venían del mundo de los ideales y la pureza, son bienvenidos al mundo del adulto envilecido y claudicante. Como una voz del más allá, el 11 de noviembre, Daniel Ortega debe haber escuchado como en el cuento de Onetti un: “Bienvenido Daniel” y como en el cuento de Lisandro Chávez Alfaro la soga se meció anunciando la horca que purga la traición .

La ficción le repetía: “Bienvenido a la ribera de estos sesenta años que te atan irrevocables a una deuda impagable porque larga e impagable es la traición”.

Thursday, October 13, 2005

¡Pero mira qué rico, Mami!


POR GRACIELA AZCÁRATE
En 1976, Rosarió Ferré publicó en Méjico, un libro de cuentos titulado "Papeles de Pandora". Aunque pertenece a la clase rica puertorriqueña y es hija de un ex gobernador de la isla, su clase social la marginó, criticó, y fustigó por aquella publicación que ponía al desnudo las miserias de las clases acomadadas y sus dirigentes de élite.

La clase poderosa puertorriqueña se sintió ultrajada por unos cuentos que con lucidez y una alta cuota de ira desmenuzaban el juego de intereses, mezquindades y traiciones de las clases adineradas, su condición de colonia, las relaciones desiguales con Estados Unidos, los intereses y luchas de clase y las desventajas y oportunidades del color de la piel.

El cuento "Mercedes Benz 200" me pareció un paralelo perfecto con el momento que nos toca vivir. Me pareció una copia con papel carbónico de la desaprensión de un gobierno y su élite dirigente que olvidó los principios de integridad de su líder fundador, que ha desarrollado y depurado su vocación de lacayo del Mercado, no importa si es norteamericano, europeo, o asiático. Un grupo que con ostentación y alevosía nos pone de rodillas, nos hace cada días más pobres, más inicuos, más envilecidos y más esclavos de ese "neoliberalismo salvaje" que ya dejó unas cuantos cadáveres en Latinoamerica.

Como en el cuento de Rosario Ferré, ruedan por las calles de Santo Domingo, las yipetas, los Mercedes Benz del año, los Jaguar y BMW millonarios llevando gente hermosa, acicalada, bien vestida, con perfume caro, con lentes de alto precio, con vestuarios costosos nunca repetidos, con comitivas fastuosas, adjudicando negocios millonarios "lavados y clareados", cedidos por un rey Midas dadivoso en pago o a cambio de apoyos en campañas electorales. Ruedan carros de lujo en calles del cuarto mundo, con perros y gentes famélicas a los lados, mientras, como el rico empresario boricua, el de aquí, el burócrata recién estrenado, el político que medra o la clase alta codiciosa y avara recita: "Es una coche cabrón, este Mami. Porque está estupendo el Mercedes mami, no te parece, destellando bajo la lluvia listo para salir disparado frente a los ojos de los que nos ven pasar con envidia qué santo carro la madre de los tomates la puta que los parió tremendo armatoste, se gasta un tapalodo de alante rodillos de rinoceronte, mi familia siempre ha tenido carros grandes, Mami."

Aquí, allá, en Borinquen, en las costas del Golfo de Méjico, a orillas del Mississipi, en Jimaní o en Mesopotamia desde hace treinta años se renueva y repite el juego perverso del Mercado. El de los ricos contra los pobres, el de los blancos contra los negros y el de los trepadores sociales contra los honestos y soñadores.

Desde hace más de un año estoy sumida en la perplejidad del desgobierno, ante la osadía para mentir sin rubor, para tergiversar, para ostentar, para engañar insultando la inteligencia de un pueblo pobre pero honesto. Hace un año repito, estoy enmudecida, azorada ante esta secta de arrodillados, que en nombre de los negocios para sus patrones nos llevan a la ruina no sólo económica sino mental. Estamos desvastados económicamente y en la salud como dice Angela Peña, somos todos un caso de psiquiatría como dice don Alvarez Castellanos o el doctor Mauro Castillo, o recreamos en los hechos las cifras de espanto que enumera Bienvenido Alvarez Vega en el gasto de la burocracia duplicado en la actualidad, y que en agosto del 2004, nos dijo el nuevo presidente electo iba a ser reducido en un 20%. Y como en el cuento de la genial escritora, la ficción y la realidad se convierten en el mejor guión histórico de cualquier pueblo del globo sometido a las leyes codiciosas del Mercado.

(…) "Pero mira mami cómo me largo para enseñarle a esta chusma, hay que enseñarles quién es el que manda en el pueblo de cafres este, apiñados como monos les gusta sentir el sudor la peste unos de otros sólo así se sienten felices restregándose como chinches por eso les gusta tanto el bochinche, qué divertido Mami, nunca se me había ocurrido de ahí viene seguro ese imbécil que se nos ha metido en medio…"

Y así, en el medio, como el hijo arrollado y muerto por sus propios padres se ha metido este ciclón que acaba de arrasar el sur de Estados Unidos y que develó el perfil más sórdido y salvaje de los halcones neoliberales. Rueda el carro del neoliberalismo, mata, enmudece y arrolla a sus propios hijos.

El primer genocidio económico llevado a cabo por las recetas del neoliberalismo se produjo en 1975, en Argentina de la mano del superministro de economía Martínez de Hoz. El caso de Argentina es el ejemplo de lo que significa el Mercado, las transnacionales y las élites entrenadas para servir al capital. Negros, mulatos, hispanos entrenados por el sistema, bien comidos, mejor educados, hablando una inglés perfecto, "amansados" en las universidades americanas y con el cerebro lavado para servir a la "supremacía blanca", perfectamente domesticados, como un perrito de circo para servir a sus amos de las empresas petroleras o de los lobby de la comunicación. Como un ícono de los nuevos tiempos, Condolezza Rice compra zapatos carísimos en la Quinta Avenida mientras sus compatriotas de Alabama se morían ahogados, o eran bajados a tiros por orden de la gobernadora porque desesperados en busca de agua y alimento violaban la sacrosanta "propiedad privada" de los blancos. Pero bien adiestrada, en un gesto histriónico que la revela como una gran actriz dramática se trasladó al sur y se dejó fotografiar enlatando comida para los damnificados.

Emulando esos gestos melodramáticos de la manito en el corazón en testimonio del inclaudicable servicio a los amos blancos del mercado.

No importa si es el período de Reconstrucción que siguió a la Guerra de Secesión, que movilizó al exilio un millón de personas negras y la muerte de otras quinientas mil en una guerra entre la esclavitud y el capital puritano y calvinista del norte. Precisamente, a orillas del Missisipi, allá y aquí las imágenes parecían superpuestas o un calco de aquellos desgraciados que fueron arrasados en 1998, en Mesopotamia, mientras el huracán George cruzaba e l país y el jefe de defensa civil, del otrora gobierno y hoy de nuevo en el ejercicio del poder decía que todo estaba en orden y control pero con los refugios cerrados para que "la chusma" no los ensuciara. Un burócrata más como el Brownie felicitado por Bush, por" el trabajo fenomenal" que hizo en una emergencia nacional donde lo único que mostró su curriculum es una habilidad sorprendente para tratar caballos árabes de paso fino mientras Nueva Orleans desaparecía bajo las aguas.

Ampulosos, teatrales se colocan la mano en el corazón mientras cantan el himno como signo de patriotismo pero en el caso del presidente del país más poderoso del planeta se niega a firmar los acuerdos de Kioto, para reducir el uso de petróleo y evitar el calentamiento global del planeta porque si lo hace las petroleras ganarán menos.

Como en el personaje del cuento de Rosario Ferré, los ricos empresarios, los testaferros, los sirvientes los traidores de su pueblo van montados en su Mercedes Benz del año. Salen a probar el carro, el estatus alcanzado y la magnitud de sus negocios entre esta manga de "cafres" acompañados de la silente, educada, silenciosa, bien vestida, peinada y acicalada esposa, con un diamante rutilante en el dedo de su recién manicurada mano, ahíta y repleta de buenas ropas y perfume importado. Salen a probar ese carro emblema que auna todas las espectativas de clase, de blanqueo de tez y estatus de neocolonizado al servicio del capital. Como el carro del puertorriqueño, como el de otros caribeños o como el del tejano más peligroso del mundo, el carro lujoso rueda por las calles de una ciudad, de una isla cualquiera, sembrada de desclasados, de pobres, de desempleados, de marginados, de gente maltratada, explotada, empobrecida y humillada. Como una metáfora cruel, en el relato, el rico empresario atropella y mata a su propio hijo que en medio de la lluvia iba a visitarlos junto a su novia. Como la élite mulata, como los negros educados y amansados, como Bush y sus amos, como los codiciosos y avaros comerciantes ninguno de ellos va a manchar el tapizado de su despampanante carro, así que saca el brazo por la ventanilla y le da un papelito a la compañante, para que vea al abogado, para que vaya a un hospital pero sobre todo para que saque del guarda lodo esa masa ensangrentada "que manche el tapizado cabrón mami, para que estos cafres no ensucien con agua y sangre, o no se le vaya a ocurrir extorsionarme por un millón de dólares". Monólogo de una clase social, y de un sistema que no pierde actualidad: "El impacto sordo del tapalodo conectando de golpe en la carne compacta como cuando se tapa el tubo de la aspiradora con la palma de la mano fop sólo que ahora no era la aspiradora ni los motores del jet qué hijo de la gran puta quien lo manda tirárseme en el camino el cuerpo esplayado muñeco de goma sobre el bonete del carro mirando la lluvia derramándose por encima del bonete como si quisiera enjuagar la superficie platinada llevarse aquel objeto adherido grotescamente a los lujosos bordes cromio a las opulentas curvas de los guardalodos"

Como una zombie, como un ser anestisiado por la satisfacción de las apariencias la esposa dice: "Pero Papi, como vamos a dejarlo ahí tirado debajo de la lluvia no me discutas más tú en seguida te pones histérica no vamos a meterlo en el carro para que nos manche los asientos con ese desague de sangre".

Los carros lujosos y caros ruedan por las pistas de las ciudades, los halcones miran desde las alturas del poder y se abaten sobre las presas mientras sus empleados dicen: "Está estupenda la noche para ir a pasear, verdad, Mami, una noche regia para sacar a pasear el Mercedes que hoy le mandé encerar los flancos grises y le pusieron el tapabocina más caro cuatro chapas de cromo sólido empotrados en banda blanca ahora se ve todavía más chic hace como que todo reluzca y la carretera esperándonos ahí afuera nada más para nosotros. Mami, en este país no se puede salir a pasear más que de noche sólo entonces se puede sacar la cabeza afuera y respirar ahora podemos planear nuestro viaje a Europa dime a dónde te gustaría ir".

Tomado de: Ferre, Rosario: Papeles de Pandora.
Puerto Rico, Ediciones Huracán, 1991.
Primera edición: Méjico, Editorial Joaquín Moritz, 1976.